No podía ser de otra manera, crónica de una muerte anunciada, no sabes como explicar esa sensación tan extraña de estar en un playa en un lugar idílico y paradisíaco, sin mas límites que la libertad del placer de dormir en la playa, bañarte de noche, ver una puesta de sol, reir hasta el amanecer, revolcarte por la arena, empaparte de sus aguas, sentir la brisa del mar, compartir una conversación, una mirada... y estar fuera de todo, porque tu rodilla te ha jugado una mala pasada... una sensación demasiado agridulce...
Así es como me sentí durante mi estancia en Poneloya, viendo todo desde el otro lado, hasta que cogí el toro por los cuernos y decidí estar ahí, y disfrutar simplemente del placer de poder verlo y sentirlo.
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Guapa...siento lo de tu rodilla..seguro que sabes como cambiar lo negativo a positivo..y que no te impida disfrutar de esta experiencia..
ResponderEliminarAh, por cierto..igual necesitas un fisio que te "arregle" esa rodilla..jajaja
Besos.
Cris Calvo.
No os perdais estos vídeos!!!!
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=BbnLGE-fMOE&feature=channel
http://www.youtube.com/watch?v=_rCudEVEqp4
Hola guapetona!
ResponderEliminarBueno, espero que tu rodilla te permita seguir disfrutando de los "nicas", aprende muuucho para luego deleitarnos al otro lado del charco....je.
Besotes muchos, Ana