Porque un mes pasa rápido y más aún cuando viajas a un país como Nicaragua! Han pasado 48 horas desde que llegué a casa y creo que todavía no soy consciente de todo lo vivido.
Si la llegada a una comunidad de Venecia supuso para mí un gran choque y crisis personal, creo que la mayor crisis del viaje la he sufrido al llegar a casa de vuelta!
Ahora todo se ve diferente, con otra perspectiva, fruto de una mirada anclada en Nicaragua, pero con vista atrás, a lo que dejamos al partir y a lo que encontramos a la vuelta!
Intento volver a la rutina diaria, pero me cuesta, no puedo. Cada gesto, cada acción, me recuerda que hay otra realidad al otro lado del charco!
Y es ahora, en estos momentos, libre del ajetreo del viaje, las salidas, las ponencias, las comidas, el bullicio del día a día, los problemas diarios... cuando en la soledad de mi casa, pienso en Nicaragua y en todo lo que he vivido, sentido, experimentado, y vivenciado.
Siento un bombardeo de olores, emociones, sensaciones, imágenes, recuerdos, vivencias, sufrimientos, alegrías, ruidos, sonidos de la naturaleza, gritos, músicas... que poco a poco van buscando un lugar y un orden...
Porque Nicaragua marcará un antes y un después en mi vida...
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